Donald Trump se convirtió este domingo en el primer presidente de Estados Unidos en ejercicio en asistir a un Super Bowl de la NFL, al presentarse en el Caesars Superdome de Nueva Orleans. El evento deportivo más importante del país tiene como protagonistas a los Kansas City Chiefs, que buscan un inédito tricampeonato, y a los Philadelphia Eagles.
La presencia de Trump no fue el único foco de atención. Entre los asistentes destacados se encuentran la superestrella del pop, Taylor Swift y el astro del futbol, Lionel Messi, quienes añaden aún más glamour a la jornada.
El mandatario arribó a la ciudad procedente de Florida y, tras aterrizar, fue trasladado en una caravana presidencial desde el aeropuerto hasta el centro de Nueva Orleans. Antes del partido, Trump realizó una breve aparición en el campo de juego y sostuvo un encuentro con socorristas y familiares de las víctimas del atentado del 1 de enero en la ciudad, en el que 14 personas perdieron la vida durante la celebración de Año Nuevo.
La asistencia del líder republicano marca un episodio singular en su relación con la NFL, liga a la que ha criticado en repetidas ocasiones por considerar que adopta posturas demasiado progresistas. Sin embargo, en una entrevista previa con Fox, el presidente explicó su decisión de acudir al evento. “Pensé que sería algo bueno para el país que el presidente estuviera en el juego”, afirmó. “Es un día icónico. Va a ser un gran juego, dos grandes equipos, y veamos qué pasa”.
Trump inició su jornada con una partida de golf junto a la leyenda de este deporte, Tiger Woods, en Florida, antes de volar a Nueva Orleans.
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