La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo Climático de París genera preocupación a nivel internacional y podría afectar la preparación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en noviembre en la Amazonía brasileña.
El recién nombrado presidente de la COP30, André Correa do Lago advirtió este martes que la retirada de Estados Unidos tendrá un “impacto significativo” en la organización y en la forma en que se abordará la cumbre climática. “No hay la menor duda de que tendrá un impacto significativo en la preparación de la COP y de la manera en que vamos a tener que lidiar con el hecho de que un país tan importante se está desligando de este proceso”, declaró Correa do Lago a los medios de comunicación.
Estados Unidos es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo, por lo que su salida del acuerdo representa un duro golpe para los esfuerzos internacionales destinados a combatir el cambio climático. La COP30, que se celebrará en Brasil, tiene como objetivo abordar la implementación de compromisos más estrictos para la reducción de emisiones y la protección de la Amazonía, considerada uno de los principales pulmones del planeta.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por la decisión de Trump, instándolo a reconsiderar su postura. “Esperamos que Estados Unidos reconsidere” su posición, afirmó el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, desde la sede de la organización en Ginebra. La OMS subrayó que el cambio climático representa una amenaza directa para la salud pública mundial, al aumentar la frecuencia de desastres naturales, enfermedades y problemas de seguridad alimentaria.
La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París ya provocó reacciones mixtas entre la comunidad internacional, con líderes de diversos países expresando su compromiso con la acción climática a pesar de la ausencia del país norteamericano. Entretanto, expertos advierten que la falta de cooperación de Estados Unidos podría dificultar los avances en los esfuerzos globales para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius.
