Las tradicionales celebraciones de Año Nuevo en Alemania se vieron empañadas este año por una serie de incidentes relacionados con el uso de fuegos artificiales, que dejaron al menos dos muertos y decenas de heridos.
A pesar de las advertencias de las autoridades y las restricciones impuestas en algunas ciudades, muchos alemanes optaron por celebrar la llegada del nuevo año con fuegos artificiales, una práctica arraigada que genera cada año un intenso debate sobre su regulación.
En Berlín, epicentro de las celebraciones, alrededor de 400 personas fueron detenidas durante la noche, aunque la policía destacó que, a diferencia de años anteriores, no se registraron incidentes graves. Sin embargo, un portavoz policial informó que 30 agentes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, a causa de un artefacto pirotécnico fabricado de forma ilegal.
La violencia relacionada con los fuegos artificiales también cobró dos vidas en otras regiones del país. En Renania del Norte-Westfalia, un joven de 24 años falleció tras detonar un cohete casero cerca de Paderborn, mientras que en Sajonia, un hombre de 45 años murió al explotarle una potente bomba pirotécnica de categoría F4, cuya venta está restringida.