La startup alemana Volocopter, pionera en el desarrollo de taxis aéreos eléctricos, se declaró en concurso de acreedores este lunes. A pesar de los ambiciosos planes para revolucionar la movilidad urbana, la empresa no logró asegurar la financiación necesaria para continuar sus operaciones.
Este hecho subraya las dificultades que enfrentan las startups alemanas en el sector de los vehículos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), donde la competencia de empresas chinas y estadounidenses es feroz.
Volocopter, fundada en 2011, había puesto sus esperanzas en el modelo “Volocity”, un taxi aéreo de dos plazas con el que planeaba iniciar operaciones comerciales en 2025. Sin embargo, la empresa sufrió un duro golpe este verano al no obtener la certificación necesaria para realizar un vuelo experimental durante los Juegos Olímpicos de París.
A pesar de los contratiempos, Volocopter sigue buscando inversores y el administrador concursal tiene como objetivo presentar un plan de reestructuración a finales de febrero. No obstante, el futuro de la compañía y de sus ambiciosos proyectos de movilidad aérea urbana pende de un hilo.
La crisis de Volocopter pone de manifiesto los desafíos técnicos, regulatorios y financieros que enfrentan las empresas que buscan desarrollar esta tecnología.
