El expresidente francés Nicolas Sarkozy, quien lideró el país entre 2007 y 2012, fue condenado este miércoles a un año de prisión por corrupción y tráfico de influencias. El Tribunal de Casación rechazó su último recurso, haciendo definitiva la sentencia. Sarkozy cumplirá la pena bajo arresto domiciliario con un brazalete electrónico, evitando su ingreso en prisión, y además fue inhabilitado para ejercer cargos públicos por tres años.
Esta es la primera condena en firme para Sarkozy, de 69 años, quien fue un actor influyente en la política francesa incluso después de su mandato presidencial. El caso se centra en un “pacto de corrupción” sellado en 2014 entre Sarkozy, su abogado Thierry Herzog, y Gilbert Azibert, magistrado del Tribunal de Casación. Según la justicia, el expresidente buscó influir en un recurso relacionado con un caso de presuntas donaciones ilegales a su partido político, un proceso que posteriormente fue abandonado.
Los tres involucrados recibieron la misma sentencia, y Herzog también fue inhabilitado para ejercer como abogado durante tres años.
Sarkozy reaccionó a la sentencia a través de la red social X, declarando: “No estoy decidido a aceptar la profunda injusticia que se me ha hecho. Quiero reiterar mi perfecta inocencia”. Su abogado, Patrice Spinosi confirmó que el expresidente cumplirá con la condena, pero llevarán el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en un intento por revertir la decisión.
Sarkozy fue inicialmente sentenciado en marzo de 2021 y nuevamente en apelación en mayo de 2023. A pesar de sus problemas legales, sigue siendo una figura relevante en la política francesa, habiendo sostenido reuniones en varias ocasiones con el presidente, Emmanuel Macron.