La economía nacional muestra signos de enfriamiento. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelaron una desaceleración en la inversión fija bruta y el consumo privado durante el mes de septiembre, dos de los principales motores del crecimiento económico.
La inversión fija bruta, que mide el gasto en maquinaria, equipo y construcción, registró una caída anual de 3.3% en septiembre. Este retroceso se explica principalmente por una contracción del 5.3% en la construcción. Aunque la inversión en maquinaria y equipo mostró un ligero crecimiento, no fue suficiente para compensar la caída en otros rubros.
Por su parte, el consumo privado, que representa una parte importante de la demanda agregada, también experimentó una desaceleración, aunque a un ritmo menor. El gasto de los hogares creció un 1% a tasa anual, pero a tasas mensuales mostró una contracción.
La desaceleración de la inversión y el consumo privado es una señal de que la economía mexicana está perdiendo dinamismo. Diversos factores podrían estar influyendo en esta tendencia, como la incertidumbre económica global, el aumento de las tasas de interés y la moderación del crecimiento en Estados Unidos, principal socio comercial de México.
La inversión privada, que representa una proporción importante de la inversión total, también registró una caída. Esto sugiere que los empresarios se muestran más cautelosos a la hora de realizar nuevas inversiones, lo que podría tener un impacto negativo en la creación de empleo y el crecimiento a largo plazo.
Los analistas económicos advierten que la desaceleración de la economía mexicana podría persistir en los próximos meses, si no se implementan políticas públicas que fomenten la inversión y el consumo.