El sector manufacturero mexicano continúa enfrentando dificultades, registrando una disminución en el empleo durante el mes de septiembre, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo con la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM), el empleo en este sector se contrajo un 0.1% en septiembre, luego de registrar una caída del 0.3% en agosto. Esta tendencia a la baja refleja la debilidad que enfrenta la industria, a pesar de algunos sectores que mostraron signos de crecimiento.
El personal no dependiente, como los trabajadores por cuenta propia o subcontratados, experimentó un aumento del 2.4%, mientras que el personal dependiente; es decir, los empleados con un contrato formal, registró una disminución del 0.1%.
En cuanto a las categorías ocupacionales, tanto los obreros y técnicos en producción como los empleados administrativos experimentaron ligeras disminuciones en sus horas trabajadas y remuneraciones.
Entre las actividades que mostraron una mayor contracción en sus plantillas laborales destacan: curtido y acabado de cuero y piel. industrias metálicas básicas, industria del plástico y del hule, fabricación de equipo de transporte. Por otro lado, algunas actividades que lograron aumentar su personal, fueron: impresión e industrias conexas. fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón, fabricación de productos metálicos y fabricación de maquinaria y equipo.
Las remuneraciones medias reales pagadas en el sector manufacturero también registraron una contracción del 1.3% en septiembre, lo que indica una menor capacidad de pago por parte de las empresas.
Las causas de esta disminución en el empleo pueden ser múltiples y complejas, incluyendo factores como la desaceleración económica global, la incertidumbre en los mercados internacionales, el aumento en los costos de producción y la competencia de otros países.
La contracción en el empleo manufacturero tiene implicaciones importantes para la economía mexicana, ya que este sector es uno de los principales generadores de empleo formal. Una disminución en el empleo puede afectar el consumo, la inversión y, en última instancia, el crecimiento económico.