Israel abrió un nuevo punto de acceso humanitario en Kisufim, en la Franja de Gaza, en un esfuerzo por incrementar el flujo de asistencia a la región, en medio de una severa crisis humanitaria. La apertura llega poco antes del plazo límite impuesto por Estados Unidos para mejorar las condiciones de vida en el enclave palestino.
El anuncio fue realizado en un comunicado conjunto entre el ejército israelí y el COGAT, el organismo del Ministerio de Defensa israelí que administra asuntos civiles en los Territorios Palestinos. La decisión responde a una carta enviada el 13 de octubre por los altos funcionarios estadounidenses, Antony Blinken y Lloyd Austin, que exige medidas para facilitar el acceso humanitario, advirtiendo que, de lo contrario, se suspendería parte de la ayuda militar estadounidense a Israel.
La carta incluye demandas específicas, como permitir la entrada diaria de hasta 350 camiones de ayuda y restringir las órdenes de evacuación. A pesar de esta medida, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) sigue alertando que el nivel de ayuda es “insuficiente”. Según Louise Wateridge, representante de la UNRWA en Gaza, “37 camiones al día para una población de 2,2 millones de personas no es suficiente. Nunca será suficiente”.