El presidente de Estados Unidos, Joe Biden ofreció una disculpa histórica por los abusos y el trauma generados durante más de un siglo por la política de internados para niños nativos americanos, un sistema que forzó a miles de menores indígenas a separarse de sus familias, borrar su cultura y soportar maltratos en estas instituciones impulsadas por el Estado.
“Formalmente me disculpo, como presidente de los Estados Unidos, por lo que hicimos”, declaró Biden en un emotivo discurso pronunciado en la comunidad indígena de Gila River, en Arizona. Biden calificó este sistema de internados como uno de los “capítulos más oscuros” de la historia del país y afirmó que representa “un pecado en nuestras almas”.
El sistema de internados, implementado a finales del siglo XIX, obligó a niños nativos a abandonar sus hogares y someterse a una educación que buscaba eliminar sus tradiciones, idioma y cultura en favor de la asimilación forzada a la sociedad blanca estadounidense. En estas instituciones, muchos menores sufrieron abusos físicos, psicológicos y desarraigo cultural.
La disculpa presidencial llega en un momento de creciente demanda de justicia y reparación por parte de las comunidades nativas, que han luchado durante años para obtener un reconocimiento público de las secuelas que esta política dejó en generaciones de indígenas. Activistas y líderes indígenas han expresado que la disculpa es un paso importante hacia la reconciliación y el reconocimiento de la historia y los derechos de los pueblos originarios.