“Este crimen del régimen sionista agresor no quedará impune, y el aparato diplomático empleará todas sus capacidades para perseguir a los criminales ya sus partidarios”, declaró Araghchi en un comunicado difundido el domingo. Las declaraciones subrayan la postura firme de Irán frente a lo que consideran una agresión directa.
El general iraní, cuya identidad no fue revelada, era un adjunto del líder de los Guardianes de la Revolución, el cuerpo militar de élite de Irán. En el mismo ataque, llevado a cabo en los suburbios del sur de Beirut, también murió Hasán Nasralá, el líder de Hezbolá, un grupo islamista apoyado por Teherán. La muerte de Nasralá marca un importante golpe contra el movimiento chiita, que Israel considera una amenaza.
Este ataque ha intensificado las tensiones entre Irán e Israel, que mantiene una política de confrontación directa con Hezbolá. La organización, financiada y respaldada por Irán, ha sido un actor clave en los conflictos regionales.
La muerte de dos figuras clave en el conflicto ha generado temores de una escalada en la región. Observadores internacionales temen que esta nueva ola de violencia pueda desestabilizar aún más el ya volátil escenario en Oriente Medio, especialmente a medida que Irán promete represalias militares.
