El huracán Helene ha dejado al menos 17 personas muertas y ha causado grandes inundaciones en el sureste de Estados Unidos, afectando a millones de residentes.
Tras tocar tierra cerca de Tallahassee, la capital de Florida, el fenómeno meteorológico avanzó hacia el norte, debilitándose hasta convertirse en una tormenta tropical.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió sobre “inundaciones históricas y catastróficas”, pronosticando subidas repentinas de agua en áreas como Atlanta, la ciudad más grande de Georgia, y en las Carolinas. Se prevé que las montañas de los Apalaches reciban hasta 30 centímetros de lluvia, con algunas localidades reportando acumulaciones aún mayores.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, reportó muertes en su estado, incluida una socorrista, y destacó que Valdosta había identificado 115 estructuras gravemente dañadas, con personas atrapadas en su interior. En el condado de Pinellas, Florida, las autoridades confirmaron cinco muertes relacionadas con la tormenta, mientras que Carolina del Norte registró otra fatalidad debido a la caída de un árbol sobre una vivienda.
La comunidad continúa lidiando con las consecuencias de Helene, mientras las autoridades trabajan para garantizar la seguridad de los residentes afectados y restablecer los servicios esenciales.