El huracán Francine se desplazaba este miércoles sobre el estado de Louisiana, en el sur de Estados Unidos, tras perder algo de fuerza al tocar tierra, pero aún causando importantes inundaciones, cortes de energía y daños materiales. Aunque se degradó a categoría 1 tras su entrada en la región, el fenómeno mantiene vientos de 140 km/h, generando condiciones peligrosas para la población.
Francine impactó las costas de Louisiana cerca de Morgan City a las 22H00 GMT del martes, con vientos de 155 km/h, lo que lo clasificaba como un huracán de categoría 2 en ese momento. El Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés) advirtió en su reporte más reciente que las condiciones de “marejada ciclónica que amenaza la vida, vientos con fuerza de huracán y fuertes lluvias” continúan afectando al estado.
Las autoridades locales emitieron órdenes de evacuación obligatorias en diversas áreas conocidas como parroquias, desde el martes, mientras imágenes de televisión y redes sociales mostraban fuertes lluvias y vientos azotando las comunidades costeras. En algunas de estas zonas, las calles ya presentan inundaciones, y el peligro de tornados sigue latente.
Más de 221.000 hogares y comercios quedaron sin electricidad en Louisiana, según datos del portal de monitoreo poweroutage.us.
Daños iniciales y preparativos locales
En la localidad de Houma, situada al suroeste de Nueva Orleans, los residentes habían reforzado los edificios con sacos de arena para mitigar el ingreso de agua; sin embargo, la magnitud del fenómeno ha causado daños significativos en algunas estructuras. La estación de TV Weather Nation compartió imágenes de un edificio seriamente afectado por los vientos en esta zona.
Además, el meteorólogo, Matthew Cappucci, difundió en su cuenta de X imágenes de tres embarcaciones a la deriva en el área de Dulac, Houma, mientras las intensas lluvias y ráfagas de viento continúan azotando la región.
Los equipos de emergencia permanecen en alerta ante posibles nuevos incidentes mientras las condiciones meteorológicas adversas persisten en Louisiana.
