Este domingo, Rusia informó que logró frustrar un ataque “masivo” de Ucrania, derribando 158 drones que sobrevolaban 15 regiones de su territorio, incluida la capital, Moscú. Este ataque se produce pocos días después de que el ejército ruso realizara bombardeos contra la infraestructura energética de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso detalló que 122 de los drones fueron interceptados en las regiones fronterizas con Ucrania, como Kursk, Briansk, Voronezh y Bélgorod. Dos drones fueron abatidos sobre Moscú, situada a más de 500 kilómetros de la frontera. Además, un dron derribado provocó un incendio en la refinería de petróleo de Kapotnia, en el sureste de la capital, que según las autoridades ya está “bajo control”.
Los ataques también incluyeron un intento de tres drones de atacar la central eléctrica de carbón de Kashira, al sur de Moscú, sin causar víctimas ni daños significativos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, justificó los ataques en suelo ruso, afirmando que son una respuesta a los bombardeos diarios de Rusia contra ciudades y población ucraniana. “Está completamente justificado que los ucranianos respondan al terrorismo ruso con todos los medios necesarios para ponerle fin”, escribió Zelenski en Facebook.
Este no es el primer ataque con drones ucranianos contra Moscú, aunque sigue siendo inusual.