Rusia desplegó más tropas y armamento en la región fronteriza de Kursk en un esfuerzo por frenar la incursión ucraniana que comenzó hace cuatro días, en un movimiento inesperado que extiende el conflicto fuera de las fronteras de Ucrania por primera vez en dos años y medio de guerra.
El Ministerio de Defensa ruso informó que sus fuerzas continúan “repeliendo el intento de incursión” y han enviado refuerzos significativos a Kursk. Entre el material desplegado se incluyen lanzacohetes múltiples BM-21 Grad, piezas de artillería remolcadas, tanques, y vehículos Ural y Kamaz, según detallaron las agencias de noticias rusas.
La situación en Kursk se ha vuelto crítica, ya que las tropas ucranianas han llegado a la ciudad de Sudzha, ubicada a solo diez kilómetros de la frontera. Esta localidad, con una población de 5,500 habitantes, es un punto estratégico para el tránsito de gas hacia países de la Unión Europea a través de Ucrania, lo que añade una dimensión económica significativa al conflicto.
El Ministerio ruso también informó que aproximadamente 1,000 soldados ucranianos, junto con más de dos decenas de blindados y tanques, están participando en esta incursión, lo que subraya la escala y la seriedad de la operación.
Mientras tanto, en el este de Ucrania, que sigue siendo el principal foco del conflicto, al menos 14 personas murieron en un bombardeo ruso que impactó un supermercado, según informaron los servicios de emergencia ucranianos. Este ataque es un recordatorio de la intensidad y el costo humano continuo de la guerra, que ahora amenaza con extenderse más allá de las fronteras de Ucrania.
