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19 de septiembre de 2024

Investigadores de la UNAM descubren envejecimiento prematuro en niños con obesidad

Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detectó que niños y niñas con obesidad y/o sobrepeso presentan signos de envejecimiento prematuro, específicamente el acortamiento de los telómeros, regiones clave situadas en los extremos de los cromosomas.

“Los telómeros son cruciales para mantener la estabilidad de nuestro genoma. Sin embargo, a medida que envejecemos, esta zona protectora disminuye, lo que se asocia con la senescencia, un proceso en el cual las células dejan de proliferar y la capacidad de regenerar tejidos se reduce, marcando el inicio del envejecimiento”, explicó Leonor Pérez Martínez, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

El estudio, que incluyó la participación de 134 infantes de Morelos, de ocho a diez años, consistió en la toma de muestras de saliva para medir la longitud de sus telómeros. Además, médicos clínicos y psicólogos realizaron pruebas morfométricas para evaluar el estado metabólico de los menores.

Los resultados fueron preocupantes, especialmente en los varones, donde se detectó obesidad causada por desorden metabólico. Este desorden involucra un proceso inflamatorio en el que el sistema inmune se activa de manera exacerbada y prolongada, comprometiendo el funcionamiento de diversos órganos y tipos de células.

“La inflamación crónica también contribuye al acortamiento de telómeros, un fenómeno asociado con adultos mayores y la aparición de enfermedades degenerativas. Nuestros hallazgos sugieren un envejecimiento celular anticipado en niños con sobrepeso y obesidad”, añadió la doctora en Biología Celular.

Este desorden metabólico se origina por un desequilibrio energético debido al alto consumo de grasas y azúcares, junto con la baja o nula actividad física. Entre los efectos, destaca la resistencia a la insulina, lo que impide la reducción de los niveles de glucosa en la sangre, afectando órganos vitales como el hígado, páncreas, intestino y cerebro, y deteriorando funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje.

La investigadora subrayó la urgencia de que los sistemas de salud presten atención a estos hallazgos, ya que los niños con sobrepeso y obesidad pueden desarrollar hipertensión, resistencia a la insulina y enfermedades crónico-degenerativas a edades tempranas. La obesidad infantil es un factor de riesgo para diabetes tipo 2, afecciones cardiovasculares, esteatosis hepática y ciertos tipos de cáncer.

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