El jueves, el movimiento islamista libanés Hezbolá lanzó una serie de cohetes y drones explosivos contra el norte de Israel, intensificando los temores de un conflicto paralelo al que Israel ha estado librando contra Hamás en Gaza durante casi nueve meses.
En respuesta, Israel ha anunciado el envío de una delegación a Doha para negociar la liberación de los rehenes secuestrados el 7 de octubre, durante una letal incursión de milicianos de Hamás en el sur del país, que desencadenó el actual conflicto. La delegación israelí, encabezada por el jefe de los servicios de inteligencia (Mosad), David Barnea, tiene como objetivo negociar una tregua en Gaza y la liberación de los rehenes en manos de Hamás, según informó una fuente cercana a las discusiones.
La misión “se reunirá con el primer ministro catarí para mantener las discusiones que buscan acercar a las partes a un acuerdo sobre Gaza”, detalló la fuente, que solicitó el anonimato.
Estados Unidos ha señalado que existe una “oportunidad significativa” para que Israel y Hamás lleguen a un consenso, según declaró un alto funcionario estadounidense que también pidió no ser identificado. No obstante, advirtió que “eso no significa que el pacto se concluya en los próximos días” debido a que aún queda “mucho trabajo por hacer en ciertas fases de aplicación” del acuerdo.
La escalada de Hezbolá y los esfuerzos diplomáticos paralelos subrayan la complejidad y la volatilidad de la situación en la región, con múltiples actores y frentes que podrían influir en el curso del conflicto. La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, esperando que las negociaciones puedan llevar a una reducción de la violencia y a la liberación de los rehenes.
