La duración y frecuencia de los periodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000, y si no se toman medidas urgentes, más de tres cuartas partes de la población mundial podrían verse afectadas para 2050. La coordinadora de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES Mérida de la UNAM, Martha Gabriela Gaxiola Cortés, califica la situación ambiental como crítica.
“Hace unos años, la preocupación era por lo que les tocaría vivir a los hijos o nietos en el futuro. Hoy estamos entrando en condiciones de supervivencia en tiempo real,” afirmó Gaxiola Cortés. La experta señaló que en 2024, México y otros lugares del mundo enfrentan graves problemas de sequía y aumento de temperatura, con Yucatán registrando récords históricos de calor.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que este año lleva por lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”, se destaca también la pérdida o el empobrecimiento de los suelos. La tierra, fundamental para el sistema climático como sumidero de carbono, está bajo creciente presión debido a la deforestación, urbanización, desarrollo industrial y prácticas agrícolas insostenibles, según la ONU.
La situación se agrava con un número impresionante de incendios debido a la sequía severa en zonas donde históricamente no se presentaban, agregó Gaxiola Cortés. La bióloga marina enfatizó la necesidad de abandonar la visión antropocentrista que ha llevado a esta crisis y adoptar un enfoque biocéntrico, donde el ser humano es solo una especie más en la naturaleza.
En México, uno de los países con mayor diversidad biológica del planeta, aunque existen políticas públicas y organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y la Comisión Nacional Forestal, estos esfuerzos no se traducen en medidas concretas suficientes para enfrentar la crisis. “Es increíble que tengamos instrumentos legales y políticas públicas, así como grupos de investigación activos, pero se nos sigue escapando el control de los efectos antropogénicos,” mencionó Gaxiola.
La académica destacó la importancia de crear conciencia y actuar con ética. Subrayó que la crisis ambiental no se resolverá solo con la ayuda de la investigación académica o la acción de la población; el gobierno tiene la obligación de llevar a cabo políticas públicas, aplicar las normas y priorizar los intereses ambientales sobre los económicos.
Para prevenir desastres ambientales, Gaxiola recomienda realizar estudios de impacto ambiental serios antes de instalar fábricas o construir zonas habitacionales. Más que castigos, se necesitan acciones preventivas, especialmente porque el panorama que se avizora es aún más difícil, como el blanqueamiento de los corales debido al aumento de la temperatura de los océanos.
En el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada año el 5 de junio, la ONU hace un llamado a la protección y restauración de los hábitats en el mundo, un aspecto fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La efeméride se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía. “No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras,” concluyó el organismo internacional.
