Un estudio publicado en la revista Nature revela que el verano de 2023 fue el más caluroso en el hemisferio norte extratropical en los últimos 2.000 años. Este dato alarmante refleja una tendencia preocupante que los científicos atribuyen al aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera debido al uso masivo de combustibles fósiles desde la era industrial.
El profesor de climatología Jan Esper, de la Universidad Gutenberg de Mainz en Alemania, quien también es autor principal del estudio, comentó: “No es sorprendente. Es la continuación de lo que comenzamos al liberar gases de efecto invernadero”.
La investigación se basó en el análisis de los anillos de los árboles, una técnica conocida como dendrocronología, que permite estimar las temperaturas antes de que existieran instrumentos de medición, es decir, entre los años 1 y 1850. Los resultados muestran que el verano de 2023 fue al menos medio grado Celsius más cálido que el verano del año 246, que anteriormente ostentaba el récord de temperatura.
Los datos también sugieren que, sin el margen de incertidumbre habitual en los registros del pasado, el verano de 2023 habría sido incluso 1,19°C más caliente que el del año 246. Estos hallazgos subrayan la urgencia de abordar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar futuros eventos climáticos extremos.