La coordinadora del programa “Centinelas: Estamos contigo” estrategia de prevención dirigida a la comunidad universitaria, a cargo de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cintia Melissa Salas Bermúdez, alertó que las muertes por suicidio aumentaron en México, mientras que en 2017 la tasa fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes (6 mil 494), para 2022 la cifra ascendió a 6.3 (8 mil 123), es decir, mil 629 más.
La Organización Mundial de la Salud refiere que la depresión es un trastorno de salud mental que afecta a cinco por ciento de la población adulta en el orbe, y podría trastocar las actividades cotidianas de las personas como las laborales escolares, familiares y, en el peor de los casos, orillar a quitarse la vida.
Puntualizó que su identificación temprana, la intervención adecuada y el respaldo continuo son cruciales para reducir el riesgo de suicidio en quienes padecen esta alteración. Si alguien muestra signos de ella o ideación suicida, es fundamental buscar ayuda profesional de inmediato.
La psicóloga universitaria mencionó que ese organismo internacional considera que de las mujeres de 18 años y más, 16.3 por ciento declaró sentirse con depresión durante más de la mitad o casi todos los días de la semana, mientras que 9.1 por ciento de los hombres reportó esa condición.
Asimismo, de los individuos que carecen de redes de ayuda, 25.8 por ciento se sintió con ese padecimiento el mayor tiempo o casi a diario, a diferencia de aquellos que cuentan con respaldo, entre quienes el porcentaje disminuyó a 12.6 por ciento.
Sabemos entonces que la depresión es un factor de riesgo importante, pero cabe aclarar que no todos quienes la padecen o algún otro trastorno de salud mental, presentan conducta suicida.
En ese contexto, la especialista del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la FM explicó que el programa universitario da un paso adelante en materia de prevención de la conducta suicida, por medio de la capacitación a través de cursos de formación de guardianes o centinelas.
Con ello se pretende incrementar conocimientos, desarrollar habilidades y cambiar actitudes; se trata de un método integral en el que intervienen docentes, directivos, administrativos y, por supuesto, alumnas y alumnos, enfatizó.
Mediante esta acción –en sus modalidades autogestivo (el participante gestiona su propio aprendizaje) y sincrónico (en tiempo real), ambos a distancia– se busca proporcionar el conocimiento y los instrumentos necesarios para que los participantes sean capaces de notar señales de alerta y factores de riesgo en integrantes de la comunidad universitaria (pero también en sí mismos), persuadir para que reciban atención profesional y acompañar en el proceso.
Salas Bermúdez detalló que lleva el nombre de Centinelas porque es una forma de decir: soy un guerrero que estoy contigo y te protejo; es decir, que de alguna manera te ayudaré a encontrar atención para tu salud mental. “Esta labor, no te convierte en responsable directo de los otros, pero sí te brinda herramientas e información que pueden contribuir a salvar vidas dentro de la comunidad”.
La experta refirió que detrás de cada fallecimiento por esa causa, al menos 10 personas más lo están intentando; o bien, algunas lo realizaron en ocasiones y en algún momento lo concretarán. Los hombres se suicidan más que las mujeres –aunque ellas lo procuran más– debido al tipo de letalidad de los medios que utilizan.
Además, el riesgo inicia cada vez a edades más tempranas; es triste leer de repente que un niño de cinco años tuvo una intención y ni siquiera lo notamos, pues no contamos con mecanismos para detectar señales tempranas de alerta, dijo.
“Lo primero que hacemos en el curso es proporcionar a los participantes cifras en torno a estos y otros casos que pueden ocurrir en nuestras familias, los vecinos y en los compañeros de clase, para crear conciencia de la gravedad y realidad”, resaltó.