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21 de noviembre de 2024

Ante la desigualdad, región de AL y el Caribe atraviesa por una crisis en las labores de los cuidados

Lourdes Velasco Domínguez, investigadora posdoctoral del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, afirmó que la región de América Latina y el Caribe atraviesa por una crisis en las labores de los cuidados, donde persiste el modelo basado en las desigualdades sociales.

Durante la primera sesión del Seminario Internacional Políticas públicas y derecho al cuidado en América Latina y el Caribe, recalcó que las mujeres continúan como las principales proveedoras de atención, en condiciones de alta precariedad y vulnerabilidad a sus derechos humanos.

Ante tal panorama, consideró, es necesario abrir la discusión de cuál es el papel de los estados de la región para transformar esta situación de desigualdades e injusticias.

Por lo anterior se pretende que el Seminario, también coordinado por Irene Casique Rodríguez, investigadora del CRIM, sea un espacio de diálogo horizontal y de construcción colectiva de conocimiento.

Esta actividad académica reúne a expertos de distintas latitudes con una trayectoria de investigación en el tema, quienes pueden orientar en cómo seguir produciendo conocimiento en esta área, a fin de cambiar esta realidad, expuso.

En la sesión, dedicada al tema Regímenes de bienestar y cuidados en Latinoamérica, la profesora e investigadora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, Melina Altamirano Hernández, reiteró que esas prácticas se realizan en un contexto de desigualdad económica, de género y acceso a la protección social.

Al respecto, detalló que las dos primeras tienen mayor presencia en los países de la región en comparación con las naciones de ingresos altos, pero la tercera es más contrastante. “La estructura de nuestros mercados laborales resulta en regímenes de bienestar fragmentados”.

En la región latinoamericana ellas dedican más tiempo a las labores del hogar y del cuidado no remunerado en comparación con los varones; se trata de una doble jornada. Pero no sólo eso: son más propensas a dejar la fuerza laboral o las posiciones de tiempo completo, después de la maternidad.

Este fenómeno, aclaró, tiene una explicación clara cuando pensamos en la desigualdad de las cargas de cuidado, pero también en la insuficiencia de la oferta pública para contribuir a proporcionar cuidados.

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