El investigador del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM, Humberto Saint-Martin Posadas, explicó que en la noche de Navidad para que los niños del mundo pudieran recibir un regalo de Santa Claus, quien vive en el Polo Norte, tendría que viajar a la velocidad de la luz o usar la teletransportación cuántica para recorrer el orbe, en el transcurso de la noche.
Calculando a qué velocidad de la luz tendría que trasladarse para recorrer un país del tamaño de México, de Tapachula a Tijuana (aproximadamente tres mil kilómetros) necesitaría cien segundos, sin hacer escalas, dejando solo un artículo en cada ciudad, precisa en entrevista.
Si consideramos solo las capitales de los estados, hablamos de 33, entonces tendría que desplazarse en tres segundos por cada una, siempre y cuando estuvieran alineadas y fueran equidistantes (a la misma distancia). Es decir, requeriría ese tiempo solo para viajar, pero faltaría más para dejar los regalos, estima el investigador.
Al plantear que, en teoría, los infantes se duermen a las 21:00 horas y despiertan a las 9:00, hay 12 horas de oportunidad para acudir a todas las capitales y repartir los juguetes, siempre y cuando cuente con un equipo de personas por cada entidad, detalla el investigador del Departamento de Biofísica y Ciencia de Materiales.
La entrega de los obsequios también es posible resolverse con las leyes físicas conocidas, al aprovechar un fenómeno que inclusive fue galardonado con el Premio Nobel de Física 2022: la teletransportación cuántica.
En ese año, Alain Aspect, John Clauser y Anton Zeilinger fueron reconocidos por su trabajo en la mecánica cuántica y la ciencia que describe el comportamiento de las partículas subatómicas; especialmente, el trabajo respecto al entrelazamiento cuando dos o más partículas cuánticas, generalmente fotones (luz) pueden permanecer fuertemente conectadas cuando están lejos y sin estar físicamente vinculadas.
