El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló una acusación formal contra Pedro Inzunza Noriega y Pedro Inzunza Coronel, dos miembros del Cártel de los Beltrán Leyva, por terrorismo y narcotráfico.
Esta acción marca un hito histórico, ya que es la primera vez que el gobierno estadounidense presenta cargos por narcoterrorismo contra integrantes de un cártel mexicano, tras su clasificación como organización terrorista internacional.
Los acusados enfrentan acusaciones de conspiración para distribuir drogas, así como por actividad terrorista vinculada al tráfico de narcóticos, lo que les podría generar penas significativamente más severas bajo las leyes antiterroristas de Estados Unidos.
El gobierno norteamericano endureció su postura frente a los cárteles mexicanos, argumentando que sus operaciones no solo afectan la seguridad nacional de México, sino que representan una amenaza directa para Estados Unidos debido a la violencia y el flujo de drogas ilegales.
Este caso podría marcar un precedente en futuras acciones legales contra líderes del narcotráfico, permitiendo sanciones más estrictas y una mayor cooperación internacional para desmantelar estas redes criminales.
