CENART presentará obra sobre tradiciones mexicanas: Guille y el Nahual

El Centro Nacional de las Artes (Cenart) presentará Guille y el Nahual, una obra infantil que retoma las tradiciones mexicanas para, a través de títeres y alebrijes, llevar al público a un mundo fantástico durante el mes de febrero.

Los sábados y domingos, del 1 al 23 de febrero a las 13:00 horas se presentará esta puesta en escena en el Foro de las Artes, obra en la que Guille anhela tener una mascota que le haga compañía, pero sus padres se lo prohíben porque a ellos no les gustan los animales. Un día, mientras Guille juega con sus amigos, se encuentra a un Nahual que se siente solo por su extraña apariencia. Ambos enfrentarán diversas dificultades para estar juntos y descubrirán que sus cualidades les ayudarán a construir una amistad incondicional.
La historia es del dramaturgo mexicano, Emilio Carballido y con esta puesta en escena, el Cenart da inicio a las celebraciones por los 100 años de su natalicio, reconociendo su legado de teatro para las infancias. La adaptación es de Nadia González Dávila y puesta en escena por la compañía TRIBU Producciones, bajo la dirección escénica de Andrea Salgado, quien describe la obra como “un espacio de transformación”.

“Aquí pensamos en la habilidad del nahual para convertirse en diferentes animales, multiplicarse e incluso cambiar de tamaño, en cómo cambia la perspectiva de los padres de Guille respecto al Nahual y a cómo va a influir en cambiar los vínculos afectivos entre la niña y sus padres. La palabra transformación estará presente en la puesta en escena a nivel travesía de los personajes y también a nivel estético”, explica la directora.
En Guille y el Nahual participan cuatro artistas en escena, quienes alternan entre distintos papeles apoyados por un destacado equipo creativo que, a partir del manejo de títeres de animación directa de diversos tamaños, le otorgan la capacidad de transformación a cada uno de los personajes.

En particular, el diseño del Nahual está inspirado en los alebrijes, en su fascinante combinación de animales y en su extraordinaria mezcla de color, mientras que la música está basada en ritmos tradicionales como el vals colonial, la polka y el son jalisciense, estilos que refuerzan el folclor del personaje mítico en el que recae todo ese color, energía y alegría.

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