La crisis humanitaria en Venezuela se agudiza con la muerte de un segundo detenido en las protestas que siguieron a la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro. Jesús Rafael Álvarez, de 44 años, falleció el jueves en la cárcel de Tocuyito, según denunció su familia y organizaciones de derechos humanos.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) y el Comité por la Libertad de Presos Políticos señalaron que Álvarez fue víctima de malos tratos y torturas durante su reclusión. Su hijo, quien también lleva el mismo nombre, aseguró que su padre fue encontrado en condiciones deplorables, con signos evidentes de maltrato físico.
“A mi papá lo castigaron y lo mataron en la cárcel”, denunció el joven de 22 años. Según su testimonio, las autoridades penitenciarias negaron inicialmente el fallecimiento de Álvarez y dificultaron el reconocimiento del cuerpo.
La muerte de Álvarez se suma a la de Jesús Manuel Martínez, de 36 años, quien falleció en un hospital tras ser detenido durante las protestas. Estos casos han generado una profunda consternación en el país y han puesto en evidencia las precarias condiciones de las cárceles venezolanas.
Familiares de los presos políticos han denunciado que sus parientes son sometidos a castigos crueles e inhumanos, como aislamiento, golpizas y negación de atención médica. Estas denuncias han sido respaldadas por organizaciones internacionales de derechos humanos.