La Gran Manzana se vistió de gala para dar la bienvenida a la Navidad, pero un trágico suceso ensombreció las celebraciones. A unos días del asesinato del CEO de UnitedHealthcare, ocurrido cerca del icónico Rockefeller Center; la ciudad encendió el tradicional árbol de Navidad.
Miles de personas se congregaron en las inmediaciones del centro para presenciar el momento en que el imponente árbol se iluminaba con miles de luces. El evento, que contó con la participación de artistas como Thalía, Kelly Clarkson y los Backstreet Boys, se convirtió en un oasis de alegría en medio de la conmoción.
Sin embargo, la presencia policial se intensificó de manera notable tras el asesinato. Agentes del NYPD custodiaron los accesos al Rockefeller Center y las estaciones de metro cercanas, mientras que los asistentes fueron instados a mantener la calma y estar alerta.
A pesar del incidente, el espíritu navideño prevaleció. Personas de todas las edades y orígenes se reunieron para disfrutar del espectáculo y celebrar el inicio de las fiestas. El contraste entre la alegría de la Navidad y la tragedia del asesinato resaltó la resiliencia de la ciudad de Nueva York.
“Es la primera vez que venimos a ver el árbol y tenemos la esperanza de que podremos entrar”, expresó Poulomi, una joven residente de la ciudad. “Queremos verlo porque es algo emblemático”, afirmó Carlos, otro asistente al evento.
La decisión de seguir adelante con el encendido del árbol fue interpretada como un símbolo de la determinación de Nueva York de no dejar que la violencia empañe sus tradiciones. Sin embargo, el suceso sirvió como un recordatorio de la importancia de la seguridad y la vigilancia en eventos masivos.