En medio de la luz de las velas y el vibrante colorido de la flor de cempasúchil, Michoacán vivió una de sus tradiciones prehispánicas más arraigadas. Miles de turistas acudieron a la zona lacustre para disfrutar de la riqueza cultural de esta celebración tan emblemática.
El Día de Muertos en Michoacán se distingue por su profunda conexión con las raíces indígenas y su capacidad para atraer a visitantes de todas partes del mundo. Durante la festividad, las comunidades locales decoraron altares y tumbas con ofrendas que incluyen flores, alimentos y fotografías de sus seres queridos, honrando así a los difuntos.
La celebración, que se lleva a cabo principalmente en localidades como Pátzcuaro, Tzintzuntzan y Janitzio, se enmarca en un ambiente mágico creado por el brillo de las velas y el aroma de las flores. Los turistas, maravillados por la devoción y el simbolismo de las tradiciones, participaron en recorridos nocturnos por los cementerios y disfrutaron de las procesiones y eventos culturales organizados en la región.