Las intensas lluvias que azotan Nepal desde el viernes han dejado un saldo trágico de al menos 170 muertos y 42 desaparecidos, según el último informe emitido por el Ministerio del Interior del país. Las inundaciones han golpeado severamente la capital, Katmandú, así como otras áreas del este y centro del país, provocando la destrucción de barrios enteros.
Los aguaceros torrenciales han generado un caos sin precedentes, con los principales ríos, como el Bagmati y sus afluentes, inundando las zonas ribereñas de Katmandú. Las fuertes corrientes de agua no solo anegaron calles y viviendas, sino que también arrastraron vehículos.
“Volvimos esta mañana y todo había cambiado. No podíamos ni abrir las puertas de casa, estaban bloqueadas por el barro”, relató Kumar Tamang, de 40 años, quien tuvo que huir junto a su familia en plena madrugada, cuando el agua invadió su vivienda en una villa miseria de la ciudad.
Los afectados residentes se refugiaron en los tejados de los edificios o intentaron huir por las calles inundadas, avanzando con dificultad en medio de lodo y escombros.
El saldo de víctimas sigue en aumento, mientras las autoridades y los equipos de rescate trabajan incansablemente en la búsqueda de desaparecidos y en la asistencia a los kilómetros de damnificados que lo han perdido todo. Las comunidades más afectadas permanecen aisladas debido a la destrucción de infraestructuras clave.