California enfrenta su mayor desafío en lo que va del año con un incendio masivo al norte de Los Ángeles, que comenzó a arrasar el terreno durante el fin de semana. La preocupación crece ante las condiciones cálidas y secas esperadas para el verano, lo que podría agravar la situación.
El fuego, que ha consumido rápidamente casi 60 kilómetros cuadrados, obligó a la evacuación de más de mil personas que se encontraban acampando en un parque recreativo. Además, un popular lago dedicado a la navegación ha tenido que ser cerrado debido a la amenaza.
Unos mil 150 bomberos están trabajando arduamente para controlar el incendio, conocido como ‘post incendio’. Siete aviones cisterna están siendo utilizados para combatir las llamas desde el aire, mientras que en tierra se están construyendo líneas perimetrales. A pesar de estos esfuerzos, el incendio apenas había sido contenido en un 8% para la mañana del lunes.
El Centro Nacional Interagencial de Bomberos ha advertido sobre el “comportamiento ígneo extremo” del incendio, subrayando la baja visibilidad y los vientos de hasta 80 kilómetros por hora que están dificultando las labores de los bomberos. La situación sigue siendo crítica y las autoridades instan a la población a seguir las instrucciones de evacuación y mantenerse informados sobre el avance del incendio.
