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21 de noviembre de 2024

Agenda de cuidados, prioridad para la CISS; necesario incluirlo en la seguridad social

  • Aproximadamente 15 países de América Latina y el Caribe están creando sus propios sistemas de cuidados.
  • La CISS, con la Alianza Global por los Cuidados, presenta un Amicus Curiae donde argumenta sobre esta relación del derecho al cuidado.

La Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) impulsa que el cuidar de otros se reconozca no solo como un derecho humano, sino también como un trabajo y que sea considerado dentro de la seguridad social, a fin de que quienes se dedican a esta actividad puedan recibir una pensión, explicó Lourdes Jiménez Brito, politóloga e investigadora de la CISS.

En entrevista con La Guardia, detalló que este tema ha formado parte de la agenda de la CISS desde hace varios años y ahora se encuentra en un momento histórico, ya que la pandemia del Covid-19, provocó que se acelerara la visibilización del trabajo de cuidados y la necesidad de incluirlo en la seguridad social.

“El momento que estamos atravesando es un momento realmente histórico en la visibilidad, necesitamos más, por supuesto; pero también hay que reconocer que es un tema que el movimiento feminista ha puesto ya hace muchos años, por lo menos treinta, hablando de la necesidad de reconocer el trabajo no remunerado que hacemos las mujeres en el espacio doméstico, y la pandemia por Covid logró, de alguna forma, visibilizar o acelerar un poco más este proceso de visibilización”, explicó.

Agregó que además de ayudar a que la agenda del trabajo de cuidados se posicionara, la sociedad civil organizada contribuyó a la politización de los cuidados y su posicionamiento en la esfera política.

¿Qué incluye el trabajo de cuidados?

El trabajo de cuidados incluye todas las acciones y actividades que hacemos las personas diariamente para mantenernos con vida, desde todo el trabajo del hogar como cocinar, lavar, limpiar, hasta las tareas de cuidar y estar al pendiente de una persona que necesita atención directa para su vida, y también el cuidado de otros seres vivos, que en muchos hogares pueden ser mascotas, plantas, etcétera; por lo que básicamente todos tendríamos que estar incluidos ahí.

Esa es la característica central de los cuidados, que nos compete a todas las personas, porque todas las personas necesitamos cuidados en diferentes intensidades a lo largo del ciclo de la vida para sobrevivir. Es decir, cuando nacemos hemos sido cuidadas, hemos sido cuidados y por eso hemos logrado transitar de la etapa de ser bebés a la primera infancia y luego a la niñez. La demanda de cuidados empieza a bajar cuando ya somos niños y niñas más independientes y autónomos y vuelve a subir, por ejemplo, en la etapa de la vejez.

Desde la CISS se suscribe y promueve que entre los beneficiarios del trabajo de cuidados se considere a todas las personas y no solamente a determinadas poblaciones objetivas.

Esto no quiere decir que no reconozcamos que ciertas poblaciones presentan prioritariamente mayor demanda, y es por eso que las políticas públicas que vemos tanto en México como a nivel regional deciden priorizar, por ejemplo, a infancias, a personas con discapacidad o personas adultas mayores; pero sí es importante hacer esta distinción, si bien podrían necesitar más cuidados, lo cierto es que todas las personas los necesitan.

¿Cuál es el planteamiento de la CISS en torno a la inclusión de las personas dedicadas a los cuidados en la seguridad social?

Es el punto central de la agenda de la Conferencia que se ha promovido desde hace unos cuatro años con mucha intensidad. La seguridad social nunca consideró a los cuidados como un trabajo y, por lo tanto, nunca permitió que las personas que se dedican a cuidar en forma exclusiva pudieran acceder a prestaciones; por ejemplo, una mujer que, durante veinte, treinta, cuarenta años se ha dedicado a cuidar a miembros de su familia, y esto le impidió dedicarse al mercado laboral formal, no puede acceder a prestaciones de seguridad social, porque la seguridad social no admite dentro de su diseño a las personas proveedoras de cuidados, y por lo tanto no pueden tener protección.

Desde la CISS lo que venimos haciendo primero es ser un espacio de debate de estos temas, y también para identificar buenas prácticas de algunos países de la región que implementan programas que sí consideran a la persona que cuida como una persona que puede acceder a prestaciones de seguridad social. Me refiero a que las personas que cuidan puedan cotizar en las pensiones, o pueden hacer aportes y cotizaciones mensuales, para eventualmente jubilarse en su calidad de persona cuidadora.

La investigadora dijo que el trabajo no remunerado que hacen las mujeres, cuidando dentro de los hogares es un subsidio al Estado, “porque lo hacemos gratis y no recibimos dinero por ello. Y además socialmente está invisibilizado, es un trabajo no reconocido a pesar de estas características. ¿Cómo le hacemos? Justamente la investigación de la CISS muestra cómo otros países han instrumentado políticas públicas de reconocimiento y de compensación. Sí existen pensiones, uno de los casos más paradigmáticos es el caso argentino, que hace ya muchos años se conoce coloquialmente como ‘pensión por ama de casa”.

Generalmente son montos más bajos que los que puede percibir una persona que haya cotizado en el sistema, abundó.

Recordó que actualmente, en México, se está discutiendo la creación un Sistema Nacional de Cuidados, la propuesta fue aprobada por unanimidad por el pleno de la Cámara Diputados y pasó al Senado, pero falta la aprobación del pleno de la Cámara Alta para que salga la propuesta de creación del Sistema Nacional de Cuidados.

Relató que, a nivel regional, aproximadamente 15 países de América Latina y el Caribe están creando sus propios sistemas de cuidados, plasmándolos en sus legislaciones o implementando sistemas de cuidados. Panamá acaba de lograr aprobar la su ley de creación del sistema de cuidados y también hubo discusiones legislativas en Argentina, Paraguay, Brasil.

Tenemos dos experiencias en etapa de implementación que son:  Uruguay ya están en la etapa de implementación, y Bogotá, Colombia, desde hace varios años tienen en fase de implementación un sistema distrital de cuidados.

¿Qué tanto impacto ha tenido la participación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en este tema?

Ha sido un momento histórico donde hemos participado institucionalmente. La CISS se presentó ante la Corte el 13 de marzo en Costa Rica, junto con la Alianza Global por los cuidados. El gobierno de Argentina, en enero del 2023, le pregunta mediante un mecanismo de opinión consultiva a la CIDH cuáles son los alcances del derecho al cuidado. La Corte abre un proceso consultivo regional, en donde admite observaciones escritas y orales, y habilita la figura de Amicus Curiae, que significa amigas u amigos de la Corte, para que instituciones, como la CISS presentemos documentos de cómo la Corte debería interpretar el derecho al cuidar.

La CISS, con la Alianza Global por los Cuidados, presenta un Amicus Curiae donde argumentamos sobre esta relación del derecho al cuidado y la interdependencia que existe con el derecho a la seguridad social. La Corte admite nuestro documento y nos llama a audiencia pública, en forma presencial, junto a otras setenta instituciones y personas.

El compromiso que tiene esta administración (de la CISS) con la agenda de cuidados es absolutamente central; de hecho, el mismo secretario general de la CISS, Álvaro Velarca, se presentó ante el pleno de la Corte, lo que muestra la importancia de esta agenda.

Nuestro compromiso es promover un debate y una nueva comprensión de la seguridad social, que debe reconocer e incluir a los cuidados como un trabajo y como un derecho humano.

Finalmente, comentó que la CISS es un espacio articulador, un espacio moral de debate, en donde constantemente se llevan a cabo eventos, conversatorios, investigaciones. 

“La CISS fue sede del Primer Encuentro Nacional de Cuidados, ahí nos reunimos instituciones y gobiernos locales para para hablar de cuidados y para procurar diseñar las mejores respuestas públicas que se puedan tener en materia de cuidados en México”, concluyó.

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