Israel anunció el viernes su intención de invadir Rafah, una ciudad en la Franja de Gaza donde cientos de miles de personas desplazadas por la guerra están hacinadas, con o sin el apoyo de Estados Unidos. Esta decisión se produce después de que China y Rusia vetaran una propuesta de alto el fuego presentada por Estados Unidos en la ONU.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Tel Aviv como parte de una gira regional para promover una tregua en Gaza, donde más de 32 mil personas han muerto en casi seis meses de conflicto, según el último balance del gobierno de Hamás en la región.
Durante la reunión, Netanyahu le dijo a Blinken que Israel no puede “vencer a Hamás sin entrar en Rafah” y que “esperaba hacerlo con el apoyo de Estados Unidos, pero que si es necesario, lo hará solo”, según un comunicado del primer ministro.
La comunidad internacional, incluidos los principales aliados de Israel, como Estados Unidos, ha expresado su preocupación por el riesgo de una catástrofe humanitaria si Israel lleva a cabo la invasión de esta ciudad del sur del enclave palestino, que ya está devastado por el conflicto y al borde de la hambruna.
